Poisoning The World: Capítulo 7

Capítulo 7: Superior Inigualable, El Venerable Lord “Emperador”

Muchas personas una tras otra agregaron sus consejos.

Las palabras de Ning Xue Mo de hace un rato, habían obtenido la compasión de mucho de los presentes. Sintiendo que la única hija huérfana del marqués Ning no tenía ninguna diferencia con las personas comunes. Esta era una pobre niña oprimida y maltratada por personas muy superiores a ella, se podía hasta considerar que ellos……

Esto hizo que aquellos con un corazón lleno de odio, se sintieran como unidos por un enemigo en común, sin darse cuenta ya consideraban a Ning Xue Mo como parte de su grupo.

A Ji Yun Hao se le podia ver que tenia una cara de enojo.

Esta vez sin importar si Ning Xue Mo era o no inocente, su imagen como perseguidor de niñas débiles y solitarias había sido grabado en el corazón de estos encendidos plebeyos…...

¡Esta desgraciada chiquilla debe morir! En sus pupilas brillo un rayo oscuro y violento!

Sobre una calle grande al lado izquierdo de la plaza pública, hubo un disturbio repentino, que resultó ser una gran marejada de gente que llegaban corriendo hacia la plaza pública.

“El Emperador! El Emperador ha llegado! “

“Ah, ah, realmente salió el Emperador…….”

“¿El Emperador está de camino para aquí?”

“No pensé que hoy tendría esta suerte, poder ver el carruaje del Emperador”

“Callate, arrodillate rapido, rapido!”

La multitud anteriormente discutiendo, en un abrir y cerrar de ojos se agacharon en dirección hacia la larga calle, incluso la cara de Ji Yun Hao cambio de color, ordenó a todos los guardias que se arrodillaran.

En un instante la plaza pública que tenía un cierto desorden, se tranquilizo. Si cayera una aguja ahora mismo sobre el suelo se escucharía.

Sobre la gran calle amplia y limpia a un lado de la plaza pública, la multitud vistiendo todo tipo de distintas ropas se arrodillaron a los lado del camino, sosteniendo el aliento, sin atreverse a abrir la boca o aspirar una bocanada de aire.

Y al otro lado de la larga calle, lejanamente llegaba un grupo de tropas armadas.

A la cabeza habían 16 pares de niños y niñas vestidos con trajes de un violeta pálido esparciendo flores en el camino, justo detrás le seguían 18 pares de jovencitos con los mismos trajes del mismo color y con el cabello suelto, sin embargo no había ni una hebra fuera de su lugar. Sus manos movian ligeramente los abanicos* que dispersaban secretamente perfume, extremadamente leve y ligero, como si pudiera filtrarse dentro del alma de las personas.
*(E: este tipo de abanicos: https://resolviendoacertijosnwo.files.wordpress.com/2012/02/faraon-egipcio-en-la-silla-gestatoria.jpg)

Y desde atrás venían 16 jovencitas, estas jovencitas vestidas con faldas femenina que flotaban como si fueran nubes de violeta pálido, sobre sus hombros sostenían una muy larga muselina violeta. Esta muselina aparentaba ser larga como un torrente, tenía flores entrelazadas y a través de ella soportaban un gran palanquin celeste.

Ese gran palanquin no era igual al resto, era de los que son cargados por 8 personas, construido con un material que nadie sabía de qué era, y de un celeste común como el cielo más claro.

El atardecer que era como la sangre, al iluminar el palanquin, inesperadamente no dejó rastro de su color, como si toda la luz solar fuera consumida por ese celeste.

En el techo del palanquín había una estructura como de un mástil. Ese mástil también era de un azul puro y emitía un brillo leve. Incrustada en la cima del mástil habían unas gemas escarlatas puras y cristalinas, que brillaban vivamente como un sol pequeño. Resultando muy atractivas a la vista.

Todas las caras de las muchachas estaban cubiertas con unos velos de muselina, como la niebla que cubre a una peonia china.

Era suntuoso, misterioso, sublime…

Todos los adjetivos utilizados para describir a este grupo de personas no era una exageración*.
*(T.N: ¬¬)

Las cortinas del palanquin estaban cerradas, cubriendo perfectamente las aberturas, sin mostrar tan siquiera el pedazo de la ropa de la persona que se encontraban dentro.

Sin embargo, todos sabían que este era el carruaje del emperador, el más poderoso Dios en el continente.

Al llegar el emperador un gran número de personas agacho la cabeza sin excepción.

Sin importar si eran los niños que abrían el paso, los jóvenes dispersando la fragancia o la muchachas cargando el palanquin, todos y cada uno de ellos tenían pisadas ligeras y agraciadas mientras caminaban a través de la calle, sus medias como nieve, sin levantar un rastro de polvo como si flotaran ligeramente en el aire.

Su majestad imperial, el honorable Diez Mil Emperadores*, alias el “Emperador”, era una leyenda sobre el continente. Se rumoreaba que su poder mental había llegado a la cúspide. También era un inmortal que no envejecía nunca. Y en este mundo, todos los monarcas de los otros reinos lo veneraban como un dios, sin atreverse a ser ni un poquito irrespetuosos.
*[N.T.: No es el padre del Príncipe.]