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Capítulo 21 - Su cuerpo entero es un tesoro (2)
Mirando a su nieta sin preocupaciones ni problemas, que inesperadamente bajo tantos incidentes, se había convertido en alguien obediente y sensible, Jun Xi se gratificó al punto de no poder evitar tener un poco de tristeza en su corazón.
Después de todo, era su inutilidad como yeye, que lo volvía incapaz de darle una vida segura a su única nieta Wu Xie, que desde pequeña había perdido a sus padres y ahora él, este yeye, realmente era un……
“Está bien, si tienes el interés, haz como quieras y solo recuerda, que aquí tienes a tu yeye que un día, seguramente no permitirá que las personas jamás vengan a molestarte de nuevo.” Jun Xi suspiró al ver que Wu Xie pudiera cambiar así, naturalmente esto le brindaba mucha felicidad.
“Muchas gracias yeye.” asintió Jun Wu Xie.
“Dentro de tu propia familia, no necesitas usar palabras tan formales, siempre que estés feliz yeye, estará en paz.” Si Wu Xie realmente tenía interés en la medicina, eso era perfecto, para que ya no pensara en esa desgraciada cosa de Mo Xuan Fei.
“De este modo, voy a hacer que colecten técnicas médicas e ingredientes, si hay algo que te falte, simplemente díselo al Señor Fu.” dijo Jun Xi.
El señor Fu es el administrador del Ducado Lin. Él ya se encontraba a lado de Jun Xi mucho antes de que fuera un gran guerrero y consiguiera la prosperidad tanto de su ejercito como su ducado. Es más, no fue hasta que Jun Xi dejara la administración del ejercito Rui Lin al padre de Jun Wu Xie que el señor Fu decidió retirarse del ejército, y en ese momento comenzara su administración en todo el territorio del Ducado Lin
Antes de que llegara la hora del almuerzo, el señor Fu ya traía varias cajas llenas de libros y pilas de ingredientes medicinales hacia el laboratorio que Jun Xi había mandado a construir en el jardín lateral, especialmente ordenando todo tipo de libros medicinales e ingredientes para que su querida nieta aprendiera.
Después de que el señor Fu se fue, Jun Wu Xie casualmente les dio algunas vueltas a varios de los libros médicos.
El resultado fue que después de darles unas cuantas vueltas a varios libros, los agarró y los guardo de nuevo dentro de las cajas.
Por lo que Jun Xi entendía, todos los libros médicos que busco para Jun Wu Xie, se consideraban como valiosos, pero esos libros médicos en las manos de Jun Wu Xie, simplemente no tenían nada que le proporcionara interés. Cualquier libro que sacara, ella era capaz de recitarlo con los ojos cerrados, sin que faltará una coma, incluso podía agregar más técnicas avanzadas de tratamiento.
Después de estar completamente decepcionada en cuanto a la ciencia médica de este mundo, Jun Wu Xie se giró y se fue a ver esos ingredientes medicinales. Los ingredientes medicinales de este mundo, comparado con los hilos de su mundo anterior, eran completamente distinto. Así que para familiarizarse lo más pronto posible con los efectos de la mayoría de estos ingredientes médicos, Jun Wu Xie persistentemente dentro de un día y una noche, mordió completamente todos los tipos de materiales medicinales que aparecían escritos sobre 5 de estos libros raros, para recordarlos claramente juntos con sus efectos.
“¿Lista para actuar pronto?” El gato negro con pasos muy elegantes, entró dentro del laboratorio, la habitación que estaba llena de olor a hierbas medicinales, inconscientemente haciéndolo recordara aquella jaula dentro de la cual, una vez, Jun Wu Xie permaneció más de 10 años sin ver la luz del sol justo como ahora, con pilas de todo tipo de libros medicinales y cosas médicas.
“No hay prisa.” Jun Wu Xie saco las semillas del pequeño loto blanco. Para querer mejorar la salud del cuerpo de Jun Xi y Jun Qing, ella necesitaría entender los resultados de ese tesoro sobre el cuerpo de pequeño loto blanco.
Agarrando una semilla de loto brillante, transluciente, pura y limpia entre sus dedos blancos y tiernos, hacía que la luz ondulante se viera aun todavía más hermosa, pareciéndose más a las deslumbrantes piedras preciosas que a las semillas normales de loto.
Tragándose una semilla de loto, Jun Wu Xie decidió experimentar primero con su propio cuerpo.
Una pequeña sensación de picazón se esparcía dentro de sus huesos, haciéndola entrecerrar sus ojos y poner ambas manos sobre la mesa. Sintiendo los cambios dentro de cada parte de sus huesos, como si hormigas estuvieran dentro de ellos, mordisqueándolos milímetro a milímetro, esa sensación se transmitió detalladamente desde cada uno de sus huesos, mientras su piel blanca y bella se empapaba de manera precipitada con una capa de sudor.
Este tipo de picazón, en comparación a que una persona te cortara con un objeto filoso, ¡Era mucho más difícil de soportar!
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