viernes, 8 de julio de 2016

Play to Live - Capitulo 1

01 Capítulo Uno



“Un mes. Un mes de vida relativamente activa. Me temo que esto es todo lo que te queda,” el doctor se quitó los lentes y se masajeó sus cansados ojos.

Sabía, por supuesto que su profesión lo haría un cínico. Y aun así no parecía estar repartiendo las noticias fácilmente.

El doctor negó con la cabeza, con su cabello gris antes de tiempo. “Sí, un mes,” apretó los labios, dudando, pero después soltó, “Sería un tema de qué se agota primero: tus reservas de salud y tu voluntad de vivir en agonía cada vez más grande… o tu habilidad de financiar la terapia y los medicamentos. Espero me disculpes por ser tan franco. Lo lamento mucho. Normalmente, no les informamos a nuestros pacientes en caso de diagnósticos clase A. Hablamos con los parientes, pero no tienes apuntado ninguno. Es una lástima. No creo que pasar el siguiente mes entrando y saliendo de operaciones valga la pena. No podemos hacer nada por ti. Un tumor cerebral inoperable es ciertamente el final de la línea. La ciencia medicina de hoy en día no es lo suficientemente buena. Preferiría sugerirte que pusieras tus cosas en orden. Pagaras tus deudas y te fueras de vacaciones con tus amigos o alguien a quien ames.”

Continuó hablando, pero su voz no la registré más. Miré a sus manos manipulando algunos papeles. ¡No iba a morir, seguramente! ¿De qué cáncer estaba hablando? ¡Mi vida tan sólo comenzaba a funcionar!

La frase se repetía en mi cabeza. La ciencia médica de hoy en día no es lo suficientemente buena. ¿Qué tal la ciencia del futuro, entonces? ¿Será lo suficientemente buena?

Ese pensamiento me invadió, dándome nuevas esperanzas. Me puse de pie. La silla chilló, habiendo oído otra sentencia más de muerte. Esta silla debe haber presenciado más que esas sillas eléctricas. Murmuré mis despedidas y me dirigí a la puerta. Ignorando el elevador, bajé volando las escaleras tres escalones a la vez, atravesé corriendo el amontonado estacionamiento y me tiré sobre el asiento de mi Hyundai.

Saqué el celular de su estuche y comencé a buscar. ¿Qué era eso que escuché en la radio de camino a mi trabajo? La primera en Moscú… Vendemos inmortalidad…. Una oportunidad de vivir para siempre… de ver el futuro con tus propios ojos… Implantada por un equipo merca-toide, las palabras vibrantes sentadas firmemente en mi cerebro, y aun así no podía recordar el nombre de la cosa… un centro o algo.

Mi cabeza escocida con el esfuerzo, enviando coloridos círculos bailadores ante mis ojos. Me contraje del dolor y me senté inmóvil, esperando que los espasmos se fueran, entonces tantié los analgésicos en mi bolsillo. ¿Cuándo fue que los tomé por última vez? ¿Fue con mi desayuno a las 10 en punto? Si lo fue, mejor hago que las pastillas me duren un par de horas más. El doctor ya me había reprendido diciendo que esa constante sobredosificación me estaba dañando el hígado. ¿Había estado tratando de ser gracioso?

¡Cuál era su nombre, rayos! ¿Era Chrome? ¿Chronyl? O… ¿Chronos? Cierto. Chronos. Googleé su número de oficina.

“Extensión de vida Chronos, ¿cómo le puedo ayudar?” cantó una voz joven, femenina, suave y entusiasmada.

“Yo, eh…” tartamudeé. “Que diga, Hola. Sobre su programa de criónica. ¿Puedo hacer una cita o algo?”

“Por supuesto. Le envío nuestra localización.”

40 minutos después, me estacioné en un centro de negocios ultra moderno. Su veloz elevador me dio un ataque de deleite infantil reemplazado por un nuevo espasmo de agonía. Me rendí y tragué otra pastilla deseandole lo mejor a mi hígado. Que no se haga ideas de ser trasplantado una vez que estire la pata, a un afortunado multimillonario alcohólico.

La gerente de servicio al cliente era muy joven y muy bonita. Un botón estratégicamente desabotonado en su blusa de negocios sumaba a sus curvas y obstruía mi concentración. Pero a pesar de su tierna edad, hablaba en una voz competente y sus ojos se llenaban de compasión y propósito mientras hablábamos.

“Hemos estado en el mercado desde los 1960s solo en E.E.U.U. Ahora ofrecemos una larga gama de servicios criónicos en docenas de nuestros centros alrededor de todo el mundo. Es nuestro 5to aniversario mundial, así que has venido en el momento apropiado para disfrutar de nuestro descuento por aniversario.”

“Disculpe,” Interrumpí su discurso, “¿Podría decirme acerca del procedimiento por favor? Y, eh, acerca de su rango de precios.”

“Por supuesto. Una vez el contrato ha sido firmado y los pagos despejados en nuestra cuenta bancaria, le ponemos un sensor el cual suministra su información a nuestro equipo de paramédicos. Si su condición se vuelve crítica, el equipo se mantendrá en espera por 24 horas. Una vez sea declarado legalmente difunto, comenzarán el procedimiento criónico para..”

“Espere” titubié. “¿Qué quiere decir con legalmente difunto? ¿Van a esperar a que muera?”

La gerente me dio un comprensivo sí con la cabeza. Obviamente había oído la pregunta cientos de veces. “No podemos congelarle vivo, ¿O sí? Legalmente, sería asesinato. Así que necesitamos obtener un certificado de defunción apropiado. Seguido de eso, nuestro equipo de expertos impregnará los tejidos del cliente con nuestra solución crioprotectora y comenzará a congelar su cuerpo antes de transportarlo a nuestras instalaciones donde será almacenado bajo hidrógeno líquido en un contenedor individual criostático. El cuerpo permanecerá ahí hasta la duración del contrato… normalmente, hasta la llegada de la tecnología de resucitación.”

Sonrió radiantemente, al dar las buenas noticias, como si ya me hubieran traído de vuelta a la vida. No obstante, no estaba tan impresionado. El plan de que esperara a morirme no sonaba como una promesa de inmortalidad.

“¿Y cuánto costaría en total?”

La chica sacó una lista de precios. Muchos ceros brillaban frente a mis ojos.

“Nuestra campaña de aniversario,” alzó su dedo, “Nos permite bajar la línea base un 20%. El paquete completo le costaría 70 000.00 dólares.”

Ella vio mis cejas alzadas y añadió apresurada, “Hay una opción de sólo almacenar su cabeza por tan solo 25 000.00. Y por sólo 6 000.00 podemos preservar una muestra de su ADN que permitirá a los científicos del futuro reconstruir un clon suyo. Nuestros analistas creen que eso será capaz de preservar una parte de su personalidad.”

La miré fijamente. ¿Qué estaba diciendo ella? Todo lo que parecían hacer era chupar los últimos reales de los pacientes terminales. A decir verdad, ¿no hacía lo mismo las medicinas oficiales? Su trabajo era hacer más dinero, no ayudarnos a sanar.

“Lo...lo pensaré.”

Me paré, terminando su rosado discurso de increíble generosidad. Por un breve instante, la chica perdió su impulso de ventas y me miró directamente mientras me ofrecía su mano. “Tengo un presentimiento de que estarás bien… Max. Sólo no te rindas. Veré qué puedo hacer y te haré una llamada. Tal vez pueda bajar la línea base un poco más.”

“Gracias,” dije, mirando su membrete. “Gracias a ti… Olga. Estaré bien.”

Le di otra sonrisa mientras dejaba que su suave palma permaneciera en mi mano. Melancólico solté mis dedos, me di la vuelta y salí de la recepción. Chica interesante. Un caballo negro. Ayer probablemente hubiera tratado de llegar a conocerla mejor. Quien sabe, podría haber funcionado. Pero hoy… ¡maldito cáncer!

En cualquier caso, tenía que investigarlo más a fondo. Por lo menos estas vainas criogénicas te daban media oportunidad. No podía permitirme descartar cualquier rayo de esperanza, sin importar cuán efímero fuera. Las alternativas eran demasiado desalentadoras para siquiera contemplarlas. Si tuviera suficiente dinero, me arriesgaría: no te puedes llevar tu billetera contigo, después de todo. Pero nunca había tenido suficiente suerte como para ver tanto dinero, mucho menos poseerlo.

Por los últimos dos años, por fin me había organizado. Había arrancado mi trasero de la silla de la computadora y comenzado a ver a mi alrededor, aprendiendo a mezclarme y adaptarme manteniéndome alerta. Chistosamente, mi pasatiempo se había convertido en mi carrera… ¿quién fue que dijo, encuentra un trabajo que ames y no tendrás que volver a trabajar? Básicamente, había comenzado a trabajar en una tienda de reparación de hardware. No me subvaloraba, pero disfrutaba haciendo trabajo de calidad y siempre reparaba unas cosas extras que el consumidor no me había pagado por hacer. El mercadeo boca a boca me tenía como un nuevo y prometedor experto y el río de dinero eran más profundo y ancho. Pero mi cuenta de ahorros no había crecido más saludable: tenía muchas cosas en que ponerme al día después de todos esos años de vegetación. Me había conseguido nueva ropa y un Hyundai de 2 años. Por fin podía financiarme la salida con una chica o ayudar a mi mamá económicamente. Todo eso me había permitido sentirme humano nuevamente, pero no había llegado al grado del ahorro todavía. Mi pequeño negocio había crecido al punto donde estaba pensando en contratar un asistente cuando los problemas llegaron desde donde menos lo esperaba.

Como sea. De vuelta al tablero de ideas. Necesitaba dinero. Mi meta inmediata era dejarle a Mamá tanto dinero como pudiera. Después de que Papá murió en ese horrible accidente automovilístico, ella había estado en mal estado, con sus problemas del corazón y de su pierna. Ella era un ladrillo, así era Mamá… se había mudado a la vieja casa en el campo del Abuelo no muy lejos de Moscú. Si le creías, te diría que el aire del campo le hacía bien. Pero su miserable pensión de discapacidad no llegaba nada cerca de mi reciente asistencia. Sin mi ayuda, mi Mamá rápidamente estaría comiendo aire: juntando unos cuantos centavos frente a la puerta de la abarrotería, contándolos una y otra vez mientras calculara si le sería suficiente o no para un pedazo de pan y un cartón de leche o si tendría que esperar hasta el próximo pago para la leche?

Mi meta ideal, sin embargo, era encontrar suficiente dinero para esta cosa criónica. Necesitaba una oportunidad. Teniendo la opción de recostarme y morir, si era necesario. Ahora, ¿dónde podía conseguir unos billetes de cien mil dólares? ¿Podría tal vez engañar a uno de esos estafadores de pirámides ponzi o un funcionario corrupto? No tenía ningún remordimiento en hacerlo, pero incluso así, había que aceptar que las bolsas de dinero no son tan fáciles de acercar en estos días. Sin entrenamiento apropiado, no podrías realmente penetrar sus residencias vigiladas. Era más probable que me atraparan antes de siquiera haber empezado y pasar los últimos días de mi vida detrás de las rejas… si sus guardaespaldas no me ponían en un cementerio local antes de eso.

Siguiente. ¿Podría ganar algún dinero en la lotería? ¿O en un juego? Las probabilidades eran mínimas, pero no puedes ganar si no lo intentas. Hice una nota mental de poner a un lado unos pocos cientos de dólares para un casino. Vamos a ver si la diosa de la fortuna está loca por mí.

Ahora. ¿Qué más? ¿Dónde podría uno encontrar mucho dinero en un solo lugar? Un banco sonaba como acertado. ¿Así que debería tal vez ir por ahí metiéndoles notas a mano a desapercibidos cajeros, ‘Pon todo el dinero en la bolsa… Tengo un arma’? ¿Me pregunto si están entrenados para lidiar con ese tipo de situación? Pamplinas. Así que te darán unos cuantos de lo que sea que de la casualidad que tengan en el cajero, gran cosa. Incluso si llegas a escapar ileso, tendrías que liberarte de todo y repetir el mismo procedimiento docenas de veces.

Además, Mamá terminaría llevándoles el dinero de vuelta, que sería cuando le quitarían hasta el último centavo que alguna vez tuvo. Una vez dicho esto, ¿Por qué asaltar un banco cuando puedes amablemente pedir un préstamo? Era un respetado cliente viejo, exitoso trabajador independiente. Todo lo que tenía que hacer era traer un montón de papeles confirmando mi saludable salario. Así que eso es lo que haré, entonces: directo a casa a buscar los papeles. Y el plan de negocios que había dibujado el otro día sería muy útil, también.

La cajera me envió directamente al gerente. Él era el encargado de los préstamos grandes y resultó ser un caballero animado de cabello gris con un aire definitivamente judío en él. Me escuchó bastante escéptico y comenzó a ojear mis documentos, con los labios fruncidos. Debió haber llegado a una decisión y asintió.

“Muy bien, muchacho. Parecemos finalmente haber dejado atrás la crisis financiera. El Presidente está a favor de apoyar negocios pequeños y seríamos estúpidos si no le hiciéramos caso. En tu caso, creo ver algo de potencial. Si sigues usando tu cabeza como has estado usando tus manos, puede que saques algo de provecho al final. 100 mil es un poco alto, ¿no crees? No lo necesitarás así que no te lo daremos. Pero 20...quizás, 30 mil… creo que podemos lograr eso. Así que vamos a ver qué podemos esperar de vuelta.”

El gerente movió el teclado más cerca y comenzó a escribir. De vez en cuando paraba y movía sus labios, mirando al texto en la pantalla. Entonces frunció el ceño y se acercó al monitor. Me tensé, sintiendo que las cosas no estaban yendo según planeaba. El gerente me miró. Negó con la cabeza. Entonces alejó el teclado y se reclinó.

“Tsk, tsk, tsk. Tengo que admitir que pensé mejor de ti, muchacho. Siento mucho lo de tu situación, en verdad. Así que aquí estás pidiéndome ayuda y estoy bastante preparado para darte algo de dinero como si fueras mi propio hijo. ¿Y todo lo que estás haciendo es entablando un préstamo irrecuperable a nombre de Jacob Finkelstein? ¡Pst! ¿No sabías que tú documento de identidad tiene acceso a tu registro médico? En caso de interés, todo lo que uno necesita hacer es aplicar para ellos. Y nuestro interés en ti es bastante entendible, ¿no crees?

El hombre parecía bastante molesto. Deseé que la tierra me pudiera tragar entero, como cuando me mojé los pantalones en kindergarten. Ser atrapado in fraganti, con las manos en la masa… En lo que respecta a ladrones, era bastante malo… me faltaba nervio. Mis mejillas se quemaron mientras me levanté de la silla chillante.

“Solo quería dejarle algo de dinero a mi madre. Está enferma, ¿sabe?... Lo siento,” balbuceé, evadiendo su mirada.

Me dirigí hacia la salida cuando el gerente alzó la voz, “¡Todavía no he terminado contigo!”

Esperó a que me girara de vuelta a él y continuó, “No puedo decir que no simpatizo con tu situación. Pero eso no significa que puedo permitirte defraudarme. Estás sonrojado… esa es una buena señal. Así que permíteme darte un consejo. Todos los bancos tienen acceso a tu información y eso incluye a los negociantes del mercado gris también. Así que te sugiero que los evadas. Todo lo que harán es asegurarte de que no vivas tanto como esperabas. Incluso un minorista no te ofrecerá un crédito al consumidor por más de diez mil rublos sin examinar en su computadora primero. ¿Entiendes lo que te digo? Debajo de los diez mil, en las mayores tiendas minoristas. ¿Me entiendes?”

Me miró fijo en los ojos mientras pronunciaba las últimas palabras.

¿Le había entendido? Apuéstalo.

“Sí,” dije suavemente. “Debajo de diez mil, en mayores tiendas minoristas.”

El hombre bajó sus párpados, empujó la pila de papeles olvidados sobre su escritorio hacia mí y asintió a la puerta. “Te puedes ir ahora. Que Dios te ayude, muchacho.”

***

Estrictamente Confidencial

Al Curador General del Servicio de Seguridad Alesiev V.A

Reporte de los resultados de los experimentos #118/2

Localización del experimento: La sala de detención de la Agencia de Seguridad Federal

Sujetos: 20 detenidos de varias edades, etnias y géneros

Mundo Expuesto: Eden Virtual 6.51

Los resultados de los experimentos mostraron que el primer incidente de quedar ‘perma-atascado’ tomó lugar después de 5 horas de exposición ininterrumpida. El último ocurrió en el séptimo día. Los siguientes dieciocho días de exposición virtual no trajeron ningún resultado más. Diecisiete de los sujetos probaron ser susceptibles al efecto modo perma. Sus cuerpos entraron en estados similar al coma. Todos los atentos de resucitarlos mediante el uso de choque de dolor, drogas y procedimientos RCP no rindieron resultado alguno.

En este momento podemos concluir que el modo perma es irreversible. Las localizadas personalidades ICRV de los individuos afectados… los llamados ‘jugadores-perma’… no mostraron ninguna reacción a la terminación del enlace de sus respectivos cuerpos huéspedes.

Al concluir el experimento, todos los cuerpos fueron enterrados en el sitio de disposición de la FSA (lotes 411-431). Los info-cristales del servidor ICRV fueron reciclados de acuerdo con el procedimiento 719.



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