Capítulo 5 parte 1 (Ropa Interior)
Traductor/Editor: Mermelada
Corrector: Crys
Cuando el haz de luz desapareció, me encontré a mí mismo de regreso en el inicio del bosque, por el cual había entrado a AlterWorld. Aunque no estaba exactamente igual, el bosque se había tornado de color blanco y negro y mis oídos no detectaban el más mínimo sonido. Me encontraba flotando dentro de una esfera de cristal que rotaba sobre sí misma. Ante mis ojos parpadeaba una cuenta regresiva.
Resurrección en 5… 4… 3…
Con cada número que disminuía, el mundo adquiría más y más intensidad y profundidad. Cuando llego a cero, la esfera se reventó, enviándome una avalancha de sonidos, olores y colores.
Temblaba como un perro mojado, pero me felicitaba por haber vuelto sano y salvo.
No estaba tan molesto por mi repentina muerte. Había durado cinco niveles, lo cual no estaba nada mal para un nuevo: normalmente morían en multitudes, al principio del juego. Con el que estaba un poco enojado era con ese alegre idiota que había dirigido su sequito de mobs, a través de todo el lugar, justo hacía las cabezas de los jugadores de nivel bajo. Los guardias en la entrada de la ciudad podrían haber acabado rápidamente con los gnolls. ¿Pero cuántos otros habían sido destruidos en el camino? Aún peor, los gnolls podrían haber perdido su objetivo a medio camino y haberse regresado a las cuevas a atacar a los cazadores jóvenes por la espalda.
Ojee la ventana del chat de la localidad y sonreí con malicia. El lugar estaba repleto de juramentos en los que todos maldecían al idiota corredor.
No había perdido la experiencia ganada. Hasta el nivel 10, el juego estaba en un modo de evaluación e incluso no requería pago. No había una penalización por la muerte del personaje y luego de la muerte, el jugador era inmune ante los PK momentáneamente –O sea, que no podía ser asesinado por otros jugadores. Pero, por el otro lado, él o ella tampoco podrían escoger una especialización. Nada nuevo en realidad: un traficante de drogas a menudo ofrecía la primera dosis gratis. Los administradores debían tener su pedazo del pastel. No por nada los beneficios anuales de la compañía estaban a la par que el promedio de presupuestos de un país.
La pestaña de mi chat grupal estaba parpadeando. Cryl fue directo al grano: “¿Recuerdas el nombre del hijo de puta? Lo pondré en la lista negra. ¡Lo mataré cada vez que lo vea!”
“Relájate. Esto es parte del juego, un montón de cosas como estas pueden pasar. Solo déjalo estar. ¿Qué vas a hacer ahora?”
“Ni idea. Me quedan 8 minutos antes que me fuercen a desloguearme. Tendré que jugar en 3D y lo odio. Después del ICRV, se siente como si estuvieras discapacitado. Ahora puedo fijarme en las tiendas para deshacerme de lo que lootee y aparecerme por el gremio para conseguir mis puntos de Talento del Maestro, ¿Y tú?”
Buena pregunta. Conseguí llegar hasta el nivel 5. Necesitaba ir a ver a Grym. También tenía el tiempo límite para recuperar mi equipo, y ya era tiempo de empezar a pensar sobre donde pasar la noche. Suficiente de levelear. Es tiempo de conseguir el pan del día.
“Lo mismo, más o menos.” Respondí. “Te he agregado en mi lista de amigos. Hasta la próxima vez, ha sido un placer jugar contigo.”
“Lo mismo digo. Te he agregado también. ¿A qué hora estas conectado normalmente?”
Oh. No quiero mentirle, pero tampoco quiero hablar sobre mis esperanzas y planes. Uno nunca sabes. “Estoy tomándome un tiempo libre, o algo así. Me conecto siempre que quiera. Toca la puerta y se abrirá, si sabes a lo que me refiero.”
Intercambiamos sonrisas y me salí del grupo.
Inspeccioné mi ropa interior blanca, que parecía ser una parte integrada de mi cuerpo, y amé sentir mis abdominales de six-pack. Se veían geniales. Las regalías siempre eran así. ¿Cuántos años había estado soñado con algo como esto? Esto es lo que hace a la realidad virtual tan atractiva: hace que lo imposible sea posible, como si tus sueños se hicieran realidad, hacer los ríos más profundos, las montañas más altas. Millones de chicas planas y gordas. Billones de personas bastante feas…
Aplasté un mosquito en mi nuca. « ¿Qué les pasaba a los tipos de desarrollo? O ¿Esto era una idea de la IA? » Con la ayuda de una brújula, para encontrar el rumbo, caminé hacia la cueva del ermitaño.
Por el camino, maté a media docena de conejos. Los monstros de nivel 1 no daban experiencia pero, agregaban algunos puntos a tus habilidades que estaban a la mano y en el trato, dropeaban bastantes carnes y pieles.
Así es como esta vez me vio Grym: en mi ropa interior, arrastrando una carga de pieles y carne en frente de mí. Viendo como levantaba una ceja en forma de una pregunta silenciosa, intente recuperar mi destrozada autoridad. Me incliné y puse las cartas sobre la mesa.
“Todo esto es para usted, querido Grym. Usted vive solo y pasa mucho tiempo reflexionando sobre temas sublimes. No creo que tenga tiempo libre para ir a cazar. Además, estas pieles harían un muy buen abrigo.”
Escéptico, Grym jaló lo que le había ofrecido y limpió sus dedos en su ropa. “Te lo agradezco. Por lo que se ve, puedes usar una capa. ¿Alguien te molestó? ¿Nuestro bosque ha albergado ladrones? ¿Qué es todo esto de andar caminando por ahí en tu ropita interior?”
Gesticule vagamente “Es complicado de explicar, el honor de una dama…”
Grym se rio a carcajadas. “Sabía que podría ayudarte.”
Hurgó entre algunas pilas de trapos y sacó un paquete mugriento. Desdoblándolo, lo golpeo unas cuantas veces, elevando una nube de polvo y me entregó la prenda. “¡Ahí esta! Al menos tendrás algo con lo que taparte tus partes privadas.”
¡Tu relación con Grym, el ermitaño, ha mejorado!
Has recibido un objeto: Capa del viento remendada.
Clase de objeto: Inusual
Durabilidad: 8/40
Armadura: +5
Intelecto: +2
Apariencia: -10
Vaya, vaya. Eso era un cáliz envenenado.* Omitiendo sus excelentes características, utilizarlo en público no solo sería vergonzoso, sino que también me perjudicaría de muchas maneras. Podrían fácilmente prohibirme la entrada a la ciudad o elevarme los precios en las tiendas. Incluso negarme una misión, como sea.
(T: se refiere a un regalo que pareciera ser beneficioso, pero que en realidad le dará muchos inconvenientes al destinatario)
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