miércoles, 22 de agosto de 2018

Play to Live - Capítulo 15 Parte 1

Capítulo 15 parte 1


Traductor/Editor: Mermelada.
Corrector: Crys

La siguiente mañana fue frenética. Guardias, investigadores y oficiales de todos los rangos corrieron de arriba abajo por los corredores interrogando a todo el mundo. Yo sólo me mantuve encogiéndome de hombros, mostrándoles mis manos vacías y señalando el collar alrededor de mi cuello. En cualquier caso, ¿Ellos no vieron qué la sabuesa estaba 120 niveles fuera de mi liga? Los interrogadores se rascaron sus cabezas y avanzaron.

El cadáver y la sangre de la sabuesa desaparecieron unos pocos minutos después de que murió. Yo cambié las cadenas tan lejos del corredor como pude. Las 2 pequeñas Piedras Alma estuvieron tendidas y abandonadas sobre el suelo por otra hora. Nadie aparte de mi puede recogerlas, excepto por un NPC como la sabuesa. Pero en su ausencia, todos los objetos tirados al suelo tenían una vida limitada. Los desarrolladores del juego no querían que su mundo estuviera atestado en basura. Por otra parte, nunca podrías saber en qué manos podría terminar el objeto.

Así que técnicamente, los guardias no tenían nada con que enfrentarse a mí, aparte del hecho de que mi nivel se había disparado durante la noche, pero estaba preparado para darles una excusa con una historia sobre alguna misión de meditación particularmente compleja. Ellos eran bienvenidos a demostrar que era incorrecto, si pensaban que podían hacerlo.

Toda la noche había estado luchando con el deseo de usar el teletransportador y largarme. El razonamiento se hizo cargo del momento de debilidad. Si me escaba de la cárcel, tendría que dejar la ciudad, y eso era algo para lo que no estaba preparado a hacer. Solo había hecho unos cuantos amigos y comenzado a aprender la disposición de la tierra. Había tenido la bastante suerte de conseguir algunas misiones y un lugar para quedarme. Realmente no tenía ganas de renunciar a todo a razón de correr ya sea hacia tierras neutrales o al territorio de los Elfos Oscuros. Así que había tomado una decisión consciente de completar mi condena e irme con la reputación limpia. Había usado la llave maestra para cerrar mi collar y me fui a dormir de lo agotado que estaba. En la mañana, el infierno se desató.

Ellos me entregaron mi desayuno pagado con antelación hasta el anochecer, excusándose a sí mismos por la concentración sin precedentes de autoridades de alto mando por pie cuadrado de la cárcel. Para entonces el lugar estaba de vuelta en su tranquilidad normal, interrumpida únicamente por el sonido de los pasos arrastrándose por el pasillo del guardia que había remplazado a la sabuesa fugitiva. La Sabuesa Infernal. Otro dolor de cabeza, como si no tuviera suficientes ya. En una mano, la cachorra invocada sería mi boleto gratuito hasta el nivel 50 y más allá, sin importar las limitaciones de invocación. En la otra mano, tenía una misión, una recompensa desconocida y que di mi propia palabra. ¿Cuál palabra? ¿A quién se la había dado –a una combinación de números binarios? ¿A la IA? O por último ¿Me la había dado a mí mismo? Nada más que preguntas.

Los días pasaron lentamente. Me la pasé holgazaneando. Los guardias solo se mostraban durante el día y por la noche se iban a dormir a la sala de guardia. Me dieron un poco de tiempo para jugar por ahí con las configuraciones. Me quitaba el Negador, invocaba a una mascota de nivel bajo y la equipaba con todos los buff que se me ocurrían. Esto era un entretenimiento, pero era una manera bastante improductiva de recordarme que aún era un Necro. Al menos me deshice de unas cuantas ratas que correteaban por allí.

Al anochecer de la quinta noche estaba navegando por la Wiki, aburrido y apático, cuando un mensaje de un administrador apareció de pronto.

Haz recibido una transferencia monetaria personal: 3,000 de oro.
Una nota ha sido agregada:
“Hola, hijo, ¿Cómo estás? Te ama, Mamá.”

¡Oh! Me senté en la cama. La rápida nota se sintió como la primera carta de casa para un soldado novato. De casa… de mi mamá. Por un breve segundo, no pude luchar contra el deseo de regresar. Mis ojos buscaron el botón de desconectar. Alto. Contrólate.

Revisé mis fondos disponibles. 3,002 de oro, 4 de plata y 31 de cobre. Bien hecho, mamá. En realidad, le había pedido que me enviara cien dólares, no trecientos, y que lo hiciera al décimo día de inmersión completa. Ella lo había hecho al séptimo. No pudo esperar. ¡Madres! Pero, ahora estábamos genial.

Me levanté bruscamente, caminé hacia los barrotes y llamé al aburrido guardia.

“Escucha, jefe. Me gustaría pagar e irme. ¿Crees que podrías conseguir a algún alto mando?”

El guardia soltó un perezoso bostezo y no se movió: “El Inspector ya se ha bebido su trago nocturno de Dwarven Extra Dry. Se estará dirigiendo a casa en unos minutos. Buscarlo ahora es inútil. Tendrás que esperar hasta mañana, amigo.”

“Oye, ¿No me escuchaste?” La ansiedad se apoderó de mí. La libertad, tan cercana hace un momento, había agitado sus alas marchándose a una dirección desconocida.

Saqué una pesada pieza de oro y la golpeé suavemente contra los barrotes. “Si lo haces rápido, no te arrepentirás. Puedes decirle al Inspector que no quedará fuera del presupuesto tampoco.”

La moneda desapareció dentro de los pliegues de su uniforme. El guardia salió apresurado. Aproximadamente 10 minutos después, ya había empezado a perder la paciencia cuando un desdichado inspector hizo su aparición.

“Es mejor que tengas una maldita buena razón para imponerte en mi tiempo personal.” Dijo significativamente, frotando los dedos pulgar e índice a la vez.

Le mostré la moneda de oro, pero el inspector no mordió el anzuelo. A su espalda, el guardia me hizo señas con su garra abierta, aparentemente significando el monto del soborno. Estos desarrolladores del juego se estaban completamente locos. Habiendo dicho eso, podría ser una manera astuta de eliminar los fondos innecesarios de circulación. Amé la forma en la que hacían negocios. Todo lo que necesitabas hacer era dibujar alguna imagen de oro digital, vendérselo a los jugadores por dinero en efectivo, y entonces prevenías la inflación mediante el cobro de divisas en el juego por varios servicios y consumibles. Si un jugador le pagaba a un vendedor NPC solo una moneda de oro al día, multiplicado por los cuarenta millones de jugadores, la compañía se haría con ciento veinte millones de dólares al mes. Aunque en verdad, el monto de dinero cambiando de manos debería ser cientos de veces mayor. Vender oro del juego no era un problema: El problema era adquirirlo en cantidades considerables ya que la administración limitaba el depósito de dinero en efectivo a 10 de los grandes al mes. Si ellos no lo hacían, con el primer billonario reubicado sería suficiente para derrumbar la economía mundial. Una vez dicho esto, un millonario interesado siempre encontraría un tema de interés mutuo con los dueños del juego –esto eran negocios y no un bazar de caridad después de todo. Todo lo que harían: Le cobrarían una residencia palaciega completa con vírgenes vestales*, pero él aún tendría que hacer fila por su dinero con el resto de nosotros. Lo mejor que los Admins podían hacer por gente como él, era ofrecerle una taza de cambio más agradable.
(T*: Eran sacerdotisas de familias aristocráticas en la antigua Roma que servían a la Diosa Vesta.)

Para resumir la historia, tuve que pagarle. El Inspector aceptó mis 5 monedas graciosamente, luego él me cobró otras 100 por el resto de mi condena. Aún después de otra media hora de papeleo burocrático, di un paso dentro del panel de tele-transporte gris.

“Hasta la próxima.” El mago de turno me sonrío presumidamente antes de activar el portal.

Mis pies se sacudieron ligeramente con el impacto. Me encontré en un sitio sin follaje a unos 20 pasos de la entrada norte de la ciudad. Conocía bien el lugar. Aquí era por donde había entrado la primera vez a la ciudad. El sol se estaba poniendo sobre la bulliciosa multitud de jugadores que acababan de llegar a casa del trabajo o de la escuela y saltaron dentro de sus capsulas ICRV. La sesión nocturna de juego había comenzado.

Le lancé 2 de cobre a un vendedor y me conseguí una gran y espumosa jarra de cerveza. La bebida tenía un placentero sabor frío a recién sacada de la nevera. No tenía ni idea si era hecho con magia o si era parte de la realidad del juego.

¡Libertad! Di un paso hacia un lado y me senté sobre la hierba. Soplando la espuma de la cerveza, anhelé un puñado de maní salado, pero estaba muy cómodo para levantarme y caminar alrededor buscándolos. La vida era buena tal como era.

Vacié la jarra en 2 tragos abundantes y me estiré, dejándome acariciar por el sol del anochecer. Una sombra me bloqueó la luz. Abrí mis ojos: Eric.

Eric sonrió ampliamente, se tumbó a mi lado y me dio un codazo en las costillas “¡Tiempo sin verte! ¿Dónde has estado, amigo? Ya estaba pensando que lo habías apagado un poco antes de lo planeado. Era eso, o que tus planes de hacerte perma no funcionaron.”

Me incorporé: “En tus sueños. Estaba haciendo tiempo eso es todo.”

“¿Qué quieres decir?”

“Nada realmente. Solo que unos polis me apresaron. Parece ser que como soy un asqueroso necro los guardias empezaron a aggrodear a mi mascota y tuvimos que esfumarlos el doble de rápido. Además de unas cuantas cosas más, suficientes para un pequeño esfuerzo. Entonces la caballería llegó, y bueno, ellos me agarraron. Nunca les perdonaré lo de mi mascota. Él era demasiado bueno para describirlo con palabras.”

Lancé mis manos en el aire para mostrar cuanto lo extrañaba. Aunque, profundo en mi interior estaba celebrando. La vista de un boquiabierto Eric era simplemente muy divertida.

“No lo dices en serio.”

“Lo digo condenadamente en serio. Solo he estado fuera 10 minutos.”

“Eres demasiado entretenido, amigo.”

“Créelo, deberías quedarte conmigo si quieres una buena y acogedora celda.”

Él se rio a carcajadas.


1 comentario:

Unknown dijo...

Jajajajaj no esperaba que prosiguiera la serie xDD pensaba que el prota se iba a busvar una forma de mejorar mientras estaba en prision pero parece que pago para salir al final. Muchas gracias por el cap!!!

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