miércoles, 17 de mayo de 2017

Play to Live - Capítulo 9 Parte 1

Capítulo 9 parte 1


Traductor/Editor: Mermelada.
Corrector: Crys


El altar de batalla fue pan comido. Con la regularidad de una máquina moledora, mi mascota se mantuvo trabajando en cualquier gnolls que estuviera alrededor. En cierto punto, su salud descendió al 90%, solo para regenerarse gradualmente a su normal 100%. El chamán líder, el mini boss local, lanzó algo de magia bastante inútil, envolviendo a mi oso en una nube de humo azul y perforándolo con rayos purpuras. El espectáculo de fuego llegó a un abrupto final, cuando Teddy terminó con el último defensor y tornó toda su atención al mismo chamán. Después de una docena de golpes, otro cadáver de nivel 17 estaba tirado en el suelo.

¡Ding! ¡Nivel 15! 6 niveles en 1 hora y media. Asombroso. Registré los cadáveres apilados y me doblé sobre el del chamán, curioso. Una pesada llave de bronce y un pequeño anillo de plata. Primero pensé que esa sería la llave de la misión que abriría alguna de las jaulas. No lo fue. Aparentemente, abriría la rechinante puerta que daba paso al segundo piso de la mazmorra. El anillo era una historia diferente.

Anillo del conocimiento
Clase de ítem: Poco común
Durabilidad: 20/20
Efecto: +3 de Intelecto

Genial. Me lo probé y la barra de mana aumentó a un treinta por ciento. Miré la hora. Tan solo faltaban 3 minutos hasta que los mobs respawnearan. Lo pensé y decidí quedarme para una nueva ronda. Tenía que admitirlo, me gustaba mucho el anillo, tanto que podría usar otra docena.

Salté hacia el altar y me quede quieto en la pose del loto, mirando el espectáculo. Teddy ganó de nuevo, 9 a 0.

El botín me sorprendió. No había llave esta vez. O bien era un objeto que no se dropeaba 2 veces o desde el principio fue un objeto raro. En el último caso, la llave podría ser de algún valor y podría intentar conseguir algo de dinero por ella.

Conseguí un anillo, aunque era diferente.

Anillo dorado de zafiro
Clase de ítem: Común
Durabilidad: 20/20
Efecto: Ninguno. Solo una linda baratija.

Levanté el anillo ante mis ojos. Era uno bonito. Lo lancé dentro de mi maleta agregándolo al manojo de demás joyerías. Puedo venderlo o dárselo a las chicas que conocí antes –su cantidad crecía constantemente, por suerte para mí, ya que empezaba a tener escozor por eso. En especial porque las féminas aquí parecen chicas de anime, simbólicamente cubiertas con encaje, seda transparente y algunas joyas. La visión de delgadas doncellas haciendo su carrera a la tumba era como si trotaran en la playa en bikini, demasiado para un hombre de sangre caliente. Malditos los diseñadores de arte. Que las plagas de Egipto caigan en sus casas.

La pregunta sobre el sexo era más que solventada aquí. Podías rendirte ante la tentación en tu propia casa o en la casa de alguien más con el consentimiento de la anfitriona. Los burdeles eran otra respuesta para ello. En general, las actividades sexuales en la realidad virtual eran más que populares. Antes de la llegada del ICRV un cuarto de todo el tráfico de internet había sido el porno. Ahora imagínate, en vez de las imágenes en dos dimensiones y los videos de dudosa calidad, ser capaz de experimentar más que gratificación real con las más hermosas chicas de todo el internet. Esto fue una de las piedras angulares que llevaron al ICRV al éxito. Sexo, entretenimiento y adrenalina, multiplicado por el complejo de superioridad de cada uno, todo en un solo y único producto. Alucinante.

No debería tener estos pensamientos sobre las chicas. Agité mi cabeza dispersando las imágenes mal pensadas y tomé otro trago del té herbal, mandándole mi agradecimiento al posadero de Los Tres Cerditos. Entonces le di la vuelta a la llave en la pesada puerta tallada. Una amplia escalera descendente, alineada con antorchas humeantes apareció ante mis ojos.

“Hummungus, ven, cachorro. Has silencio.”

La historia se repitió. Aquí, los mobs eran más jugosos, nivel 18 y superior, se volvían más fuertes a medida que nos acercábamos al tercer piso subterráneo. Después de media hora, recibí un nuevo mensaje.

¡Felicitaciones! Has recibido un logro: Inmortal.
¡Te has mantenido con vida por diez niveles consecutivos!
Recompensa: +500 puntos de Fama.

¡Alerta de Fama!
¡Tu nivel de Fama ha excedido los 1000 puntos!
Has alcanzado el nivel 1 de Fama: “Las personas están hablando de ti”.
Vendedores de facciones amigas pueden sorprenderte con precios más bajos. Ganarás también acceso a algunas misiones secretas.

Nada mal. Mi alegría fue ligeramente estropeada por el hecho de que todos estos logros eran trampas, en cierto modo. Si no hubiera sido por mi boleto gratuito Teddy, todavía sería un don nadie. Me hice a mí mismo una solemne promesa de no pensar mucho en mí y por lo general mantener un bajo perfil.

Después de unos cuantos minutos más, el yo de nivel 19 se hizo su camino por un amplio corredor que dirigía al vestíbulo principal del piso. Allí pude apreciar completamente el enfermo sentido del humor de los desarrolladores. Las escaleras que descendían al tercer piso estaban justo delante del cuartel de los gnolls. Ya sea que la IA estuviera intentando ser graciosa o si esto era la disposición básica, no lo sabía; todo lo que podía ver era que ellos estaban cayendo a un campo de entrenamiento enfrente del cuartel. Una docena y media de guerreros, todos de mi nivel, sumados a un Jefe Gnoll de nivel 22 y el mini boss del piso, un General Gnoll de nivel 25.

El problema más grande, era que ellos estaban parados hombro con hombro. Cualquier equipo que haya luchado hasta aquí, tendría que lidiar con toda la cuadrilla. Simplemente no había otro camino. No se sentía bien. 17 mobs contra 1 mascota, por muy duro que fuera, yo ni siquiera podía intervenir por temor a atraer el aggro hacía mí. Mi nivel actual era puramente honorífico: todas mis habilidades se quedaron en nivel 5. Era una maleta andante con un montón de Puntos de Características y de Talentos disponibles. Aún tenía que obtener mis tres puntos de talento de Grym por llegar al nivel 10. Y aún tenía que escoger una especialización para poder desbloquear una nueva ramificación en el árbol de habilidades. Mis últimos niveles me habían brindado 9 puntos más, los cuales realmente no quería invertir a menos que tuviera algún lugar en el cual invertirlos. Necesitaba dormir un poco antes para pensar claramente. En otras palabras, mi mascota era la única fuerza real con la que contar. Yo solo era un poco más que un makiwara andante y parlante.
(NT: El makiwara es una especie de palo utilizado en el karate para entrenamientos de impactos que simula ser un adversario. En otras palabras Laith sería como un saco de boxeo, recibirá golpes pero no sería capaz devolverlos.)

Retrocedí a una distancia segura, dándole la bendición a mi mascota y, escogiendo al General como objetivo, usé el comando de “Ataque”. El jefe será el siguiente. Quería minimizar la exposición de mi mascota a los oponentes más fuertes.

Incluso cuando estaba vivo, Teddy no era muy conocido por ser bueno en las habilidades de auto-preservación. Arremetió contra el oponente con todo el entusiasmo por el imprudente valor. Inmediatamente comenzando su barra de vida a descender. A Hummungus le tomó 20 segundos y el 15% de aciertos, mandar a descansar al General. El Jefe le tomo un poco menos. Pero todavía los gnolls eran muchos. Demasiados. Rodearon a Teddy y comenzaron a bombardear los lados y la espalda, clavándolo con críticos. Pronto él tuvo 10 oponentes y escasamente la mitad de su vida restante. Otro minuto de pelea cuerpo a cuerpo, el ratio pasó a ser 7 a 40 de vida, 3 a 30, 2, 1. Listo. Solté un suspiro de alivio. ¡Buen chico!

Me acerqué a la sangrienta bestia y acaricié sus carcomidas orejas. “Muy bien, Hummungus. Has hecho que papi se sienta orgulloso.”


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