miércoles, 24 de mayo de 2017

Play to Live - Capítulo 9 Parte 2

La semana pasada fue muy ocupada para mi, y como ven esta semana eh estado publicando tarde porque tengo lag y simplemente no me puedo organizar.... espero repararme para la otra semana .-.
PD: No esperen que publique mañana temprano

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Capítulo 9 parte 2


Traductor/Editor: Mermelada.
Corrector: Crys

Deje que Teddy se regenerara. Tenemos otros 3 o 4 minutos antes que los gnolls respawnen. Él necesitaba algo de descanso, y no sería problema limpiar el vestíbulo de nuevo. Los mobs respawnearían uno a uno, en el orden inverso a sus muertes. Teddy no se arriesgaría prácticamente contra individuales.

Revisé los cadáveres de nuevo, recolectando el botín. Casi una pieza de oro de valioso dinero en efectivo, media docena de brazaletes y un par de Piedras Alma. El botín se volvió más interesante desde aquí, con una variedad de armas, armaduras y mallas de acero. Todas con parámetros decentes de defensa, aunque sin ningún extra. Desafortunadamente, tengo que dejarlo todo tirado en el piso: mi modesta fuerza no me permite llevar objetos pesados. Como lo haría la Ley de Murphy, puede que no sea capaz siquiera de levantar alguno de los prometedores botines de más adelante.

Hablando del Rey de Roma. El General Gnoll dropeo un abultado tesoro: una enorme llave, una clase de brazalete rojo que no había visto antes y un par de pesados guanteletes de malla. Me apresuré a chequearlo:

Brazalete rojo. Sirve para identificar a la elite gnoll.
Clase de ítem: Común
Durabilidad: 25/25
Peso: 0.24 lb.
Efecto: +5 de Armadura, +1 de Fuerza

Excelente. Deslicé el brazalete en mi muñeca. Si consigo otro, lo usaría en mí otro brazo para agregar algo de fuerza y un poco de armadura. Sino malgastas, no te faltará. No tiene incluso sentido venderlo, no al menos hasta que encuentre un substituto adecuado. Pesé los guanteletes en mis manos.

Guanteletes de malla. Artesano desconocido
Clase de ítem: Poco Común
Durabilidad: 45/45
Peso: 3.3 lb.
Efecto: +12 de Armadura, +3 de Fuerza

Buen ítem. Debe de valer al menos 10 o 12 monedas de oro. A la maleta van. Era bueno que los Necros no pudieran usar armadura pesada, de otra forma, tendría que escoger si venderlos o quedármelos.

Mi codicioso cerdo interior se revolvía felizmente. Las cosas iban mejorando. La duda sobre encontrar un techo sobre mi cabeza y algo de pan diario en la forma de una potente carne y papas ha cesado de colgar sobre mí, como si fuera algún tipo de espada de Damocles. Ahora todo lo que gané arriba lo podré invertir en equipo y en el crecimiento del personaje. Un buen trabajo, además, considerando que gasté mi primer día reventándome el trasero, y todo lo que conseguí ha sido escasamente suficiente para una cama y una comida.

“¡What the &Ç@$!” Chilló el gnoll que respawneo de primero, a solo un brazo de distancia de mí. Su pesado sable silbó por encima de mi cabeza en un rápido movimiento. Me agaché tras la espalda del oso justo a tiempo.

El guerrero intentó alcanzarme de nuevo. Apenas evite la estocada en la cara. Mí mascota intervino y atrajo el aggro hacía el mismo con un par de expertos golpes.

Uf. Gateé hacía una esquina relativamente segura, esperé cinco segundos y empecé a drenar la vida del mob. Tan estúpido de mi parte. Casi hago que me maten, por estar muy ocupado revisando los trofeos.

Para el final de la batalla cuerpo a cuerpo, me había tranquilizado un poco e hice una nota mental para ser más cuidadoso en el futuro. Terminé con nivel 20 y un adorable par de tumbas de acero martilleado, modificando la armadura en +15 y la fuerza en +4. Parecía que el General solo dropeaba armadura pesada. No es lo mío. De cualquier forma valía la pena recogerlo, incluso si solo era para venderlo. No tenía sentido quedarse por más tiempo. Todavía tenía el piso inferior de la mazmorra por hacer. Tanto como el botín y la experiencia eran mejor allí.

Le permití a mi mascota unos minutos para regenerarse y caminé escaleras abajo. Aquí las habitaciones ya no recordaban a una mazmorra. Se asemejaban más a una mansión de segunda categoría. Unos pocos muebles colocados contra las paredes tapizadas, iluminada por grandes cuencos de aceite hirviente. Quien podría pensar que el lugar fuera así de serio. Aquí, los guerreros gnolls fueron reemplazados por guardias, mucho más peligrosos. Mayoritariamente me encontré con grupos de 3: 2 guardias más un sargento o un mago. El nivel de los mobs era predeciblemente más altos. La noche sería todo menos relajante, nuestra pequeña salida rápida se tornó en una carrera de obstáculos. El oso aún era capaz de manejar a los tríos sin mucho problema, no obstante perdía un tercio de vida. De verdad necesitaba saber cómo restaurar su vida. O más bien, estaba seguro que los Necros de mi nivel tenían que tenerlo en alguna parte, pero me apegué a mi resolución de no manipular las estadísticas durante la maratón.

En serio, ¿Me iba a hundir en alguna esquina oscura, estando muerto de cansancio por las peleas, iba a intentar resolver así por así este tipo de asuntos cruciales? No era buena idea. Un error podría costarme caro. Así que tenía que sacarnos de aquí.

Poco a poco me las arregle para usar el Deadman’s Hand para controlar a uno de los guardias. Mientras tanto, Teddy lidiaba con 1 o 2 gnolls, dependiendo de qué tan claro fuera al atraerlos. Entonces él acabó con el único al que yo controlaba. Una rápida meditación, y nos movimos otros 100 pies, con dirección a la sala del trono, el cual alojaba a los monstruos más jugosos y los más dulces botines. También estaba algo preocupado sobre la ausencia de las llaves de la misión para las jaulas de los Elfos Oscuros. Tenía que mantenerme en movimiento solo para localizar el lugar o el mob que las dopeaba.

En otra hora y media, conseguí el nivel 24 y recibí otro logro por mantenerme con vida por 15 niveles consecutivos. Otros 100 puntos de Fama a la bolsa.

Entonces algo impredecible, un nuevo mensaje emergió:
¡Felicitaciones! Has conseguido el logro: El intocable.
¡Tus enemigos han fallado en infligirte daño por 5 niveles consecutivos!
Recompensa: +500 puntos de Fama.

Aparentemente, lo había hecho bien. No había cometido un solo error. La suerte tenía mucho que ver, claro. Ellos solo se veían algo generosos con sus puntos de Fama. Si esto continuaba así, saldré de la mazmorra con una recepción con alfombra roja.

Nos pusimos en marcha. Corredores, habitaciones, vestíbulos, gnolls, gnolls y más gnolls. Ya me estaba enfermando hasta la muerte de sus caras de perro. ¿Era mi imaginación o ellos estaban realmente emitiendo ese hedor canino?

Me dolían mis ojos por las flamas de las antorchas. Halos de luz danzando en medio de la oscuridad y jirones de humo que se pegaban al techo. Mi fatiga comenzó a mostrarse. Encontré una habitación segura, aparqué a Teddy y me recosté por 10 minutos más o menos, relajándome con los ojos cerrados. Gradualmente, me sentí mejor. Me comí por completo un delicioso emparedado, enjuagándome con el dulce té, eternamente agradecido por el buff. Teddy rechazó la comida categóricamente, pero olisqueó el té con interés. Aquí tenemos a un gracioso zombi…

Luego chequeé mi maleta para ver si podría recoger 1 o 2 cosas más. El último par de objetos me habían llevado a la sobrecarga. 700 monedas de cobre me pesaban, pero sería estúpido dejarlas, ¿verdad? Por suerte los mobs del 3° piso dropeaban monedas de plata. Al final de mi maleta, descubrí una mina entera de Piedras Alma. Escogí las 10 o así de las más poderosas, y destruí el resto, lo que me dio una pequeña bolsa de polvo mágico – un ingrediente de crafteo para los alquimistas, herreros y similares. Parecía que había cambiado un montón de basura por otro, pero hubiera sido una lástima dejarlo, ¿no?

Para entonces, mi mascota se había regenerado. Tampoco me sentía tan mal. Momento de irse.

Tal como se vio después, nuestra habitación segura estaba a unos cuantos pasos de distancia de la sala del trono, en algún tipo de corredor auxiliar. Di una buena mirada a mí alrededor. Una gran habitación, brillantemente iluminada, un par de guardias de aspecto brutal estaban congelados como estatuas en las columnas que soportaban el techo abovedado. El trono colocado contra la pared del fondo. En él estaba sentado el Rey Gnoll rodeado de su séquito. No estaban puestos muy cerca uno del otro. Desde donde estaba parado podría atraer solamente 2 monstros a la vez.


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