Capítulo 16 parte 1
Traductor/Editor: Mermelada.
Corrector: Crys
Cuando el aturdimiento inicial había pasado, agarré la manga de Eric y lo arrastre fuera del camino principal. Deje caer mi bolsa al suelo y me agaché, rebuscando a través del espacioso inventario. Eric cambió su peso de un pie a otro con impaciencia a mi lado, sin tener idea de qué estaba causando el retraso. Finalmente encontré lo que estaba buscando. Miré hacia arriba en dirección a Eric y le entregué uno de los dos frascos que contenían la sangre del Oso Rojo.
“Tómalo. Ahora es tuyo. Solo una baratija para celebrar mi éxito.”
Inseguro, Eric alcanzó el frasco y entrecerró los ojos para verlo, moviendo los labios mientras leía el identificador del objeto. Luego apartó bruscamente su mano. “¿Tienes alguna idea de cuánto cuesta esto? Juzgando por tu equipo de novato, no es como si cagaras oro.”
“He conseguido 2 de oro para ser precisos. El resto lo tuve que derrochar en comida rápida. La comida de la cárcel estuvo a punto de matar mi paladar.”
“Podrías vender el frasco por un par de los grandes. 3 incluso. En oro.” Pude ver que él estaba muriéndose por aceptar el regalo, pero su honestidad estaba sacando lo mejor de él.
Mi codicioso cerdo interior, el cual hace solo un momento había estado saltando de arriba a abajo celebrando mi libertad y mi inesperada y repentina ganancia monetaria, chilló y se desplomó sin sentido por la impresión.
Eso era dinero del serio. Si lo hubiera sabido, hubiera pensado 2 veces antes de regalar el frasco. Pero pedirlo de vuelta significaría un total desprestigio. Además. Me agradaba este honesto, animado y directo soldado de infantería.
Sonreí ampliamente: “Ah, da igual. Solo vives una vez. Tómalo. Distraeré a mi codicioso cerdo interior antes de que lance un ataque.”
Eric logró una sonrisa tímida y aceptó el frasco: “No me lo puedo creer, amigo. No sabes cuánto tiempo he gastado cazándolo. El oso es una montura del infierno. Haré algo de trabajo en él y estará asesinando dragones. Te debo una. No digas más. Eres un necro, ¿verdad? Tendremos que revisar el banco. Estoy seguro que tengo algo para ti.”
“En realidad soy un Caballero de la muerte.” Corregí, dirigiendo su sentido de gratitud hacia la dirección correcta. “Me especializo en invocación de mascotas.”
Extremadamente emocionado, Eric golpeó mi hombro de una palmada. Mi barra de salud se estremeció. Unos cuantos guardias intercambiaron miradas preocupadas mientras pasaban a un lado nuestro, apretando el agarre en sus armas.
“Tranquilízate, buey. Personas han sido asesinadas con toques más suaves.” Froté mi adolorido hombro.
Él solo sonrió ridículamente, presionando el frasco a su pecho: “Vamos entonces. Te llevaré al banco, recogeré el corazón y entonces iré a echarle una visita al alquimista. Mis muchachos enloquecerán cuando me vean llegando sobre el lomo del oso.”
“Para tus caballos, ¿Quieres? Voy contigo. También quiero mi oso.”
“¿De verdad? ¿Has conseguido otro equipamiento del oso?”
Le lancé un giño. Eric estaba rebosante de emociones.
“Amigo, eres asombroso. Es una lástima que no pueda referirte a nuestro clan. Necesitas tener experiencia de combate para unirte. No has estado en acción ¿verdad?”
“Hice mi servicio militar, claro.” Me apresuré a explicar. “Defensa aérea. Ya sabes: ‘Derríbalos de un tiro, encárgate de ellos en tierra.*’ Pero no, no estuve en acción. Probablemente fue para mejor.”
(T: Es un chiste militar que se burla diciendo que la fuerza de defensa le dispara a todo el mundo. En ruso es distinto y Max cita es una frase de la película rusa ‘Brat’.)
Eric asintió: “Lo más probable es que así lo fuera. Pero si decidimos comenzar un criadero, te daré una referencia y una invitación. Serás un chico en modo de espera. ¿Crees que te unirás?”
Me encogí de hombros: “Ya veremos. Gracias de cualquier forma.”
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En el banco, todo fue de lujo. Como un jugador perma, fui elegible para una cuenta bancaria de bajo interés, siempre que mi estado de digitalizado fuera confirmado por otro jugador perma con un historial sólido. Eric encajó bien en el papel. Entre otras regalías, me dieron un número para textear gratuitamente por 30 días. Todos los mensajes que llegaban al número eran direccionados a mi bandeja de entrada. También podía usarlo para enviar mensajes salientes, pero no podía hacerlo por mí mismo, solo a través de una operadora. El plan era tan bueno que me inscribí para una renovación automática: Conservar contacto con el mundo exterior valían las 50 monedas de oro que me costaba.
Mandé un mensaje en ese mismo lugar, le envié un rápido y enmarañado mensaje a mi mamá recriminándole que me envió mucho dinero muy pronto, luego agradeciéndole exactamente por lo mismo. Entonces me pegué en la frente y le envié otro en mayúscula cerrada:
‘¡MAMÁ! ¡NO MORIRÉ! ¡LO HE LOGRADO! ¡PUEDES APAGAR LA CAPSULA AHORA, ESTOY EN MODO PERMA!’
Me sentí un poco inquieto al escribir la última oración, pero había sido convencido tanto por Eric como por mi fallido intento por desconectarme.
Pensé en sus servicios de Internet. No era un internet real, por supuesto –era más como una base de datos de pago para los jugadores perma. Enviabas tu solicitud de búsqueda a un operador que lo buscaría y te enviaría los resultados de búsqueda más relevantes. 20 de oro por solicitud. De momento era un poco caro para mí, pero podría llegar a ser accesible en una fecha posterior.
Los Antiguos parecían haberlo hecho en grande. Básicamente controlaban el mercado de servicios. ¿Necesitabas de alguien que se ocupara de tu tumba en el mundo real? ¿O de un abogado que cuidara de tus propiedades que quedaron offline? ¿Contratar a una niñera o un asistente del hogar para ayudar a los sobrevivientes de tu familia? ¿Comprarte lo que sea que imagines? ¿Comprobar a tu esposa para asegurarte que ella no se había quedado varada en tu ausencia? –Fácil.
Así que, por una módica suma, podías subscribirte a 2 nuevos tablones informativos de noticias: Uno que abarcaba el mundo virtual y otro el mundo real. En el momento en que escuché sobre ellos, los tuve a ambos conectados a mi cuenta. También ordené un par de libros y me suscribí a nuevas ofertas de mis autores favoritos. Estaba temblando por la anticipación del momento en el que me tiraría en mi cama en Los Tres Cerditos, presionaría el botón de pantalla completa y abriría la última secuela del bestseller.
Finalmente, ellos me dieron a escoger entre unos anillos identificadores para accesos automáticos instantáneos. Cada anillo era personal, ligado al equipo, con tipos de extras para escoger entre ellos.
“Este es hecho por la mano de obra local.” La voz del dependiente sonó con orgullo mientras me entregaba un anillo de plata con un modificador de +5 de fuerza.
Los jugadores regulares recibían un simple anillo de cobre sin extras. Solo los permas eran elegibles para los de plata. Intenté no pensar quien tenías que ser para conseguir uno de oro. Eric no usaba su anillo en público. O él pertenecía a esa categoría selecta, o simplemente no quería publicar su estado de perma.
Los problemas estaban esperando a la orilla de la salida. Aún estaba estudiando mi nuevo anillo y solo me detuve cuando mi cabeza embistió una camisa de malla de cadena. Levante mi cabeza. Tavor, el avaricioso elfo, estaba mirándome con los ojos entrecerrados. No me gustó lo que leí en su rostro. Durante mis 5 días en la prisión, él se había mantenido subiendo de nivel y ahora era nivel 37. Él no desperdició el tiempo, ¿verdad? Habiendo dicho eso, su dinero y sus objetos podían comprarle cuantos niveles quisiera.
Tavor sujetó mi hombro. “Así que, ¿Salvador de elfos oscuros? Qué casualidad el verte por aquí. ¿Te importaría seguirme a la arena? He conseguido algo que puede que te guste… o tal vez no.”
Intenté quitarme de encima su mano, pero no pude. La diferencia en nuestros parámetros de fuerza era bastante asombrosa. Probablemente debí invertir más en la fuerza: Nunca sabes cuándo un perma como yo podría necesitarla.
Además, Tavor no estaba sólo, 3 de sus compañeros de clan nos rodearon y me sacaron a empujones de las puertas del banco. Sus movimientos fueron rápidos y fluidos –ellos debían haberlo hecho miles de veces antes. No tengo ni idea de cómo hubiera terminado todo si Eric no hubiera aparecido a reunirse con nosotros.
2 comentarios:
Cris podrías recordarme quien era Tavor pls? Al leer tantas novelas a la vez tengo un cacao mental xDD Gracias por el capitulo!!!
Graccie~~
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