Capítulo 89 - No es más que una pastilla (3)
Traducción: Frodfy
Edición: Fiore
Corrección: Crys
Aquel sirviente del palacio observó un momento el papel en su mano, confundido dirigió su mirada, vanamente, hacia Jun Wu Xie en busca de algún indicio de clarividencia, para al final volver a mirar la gran cantidad de ingredientes escritos en el papel, sin comprender aun lo que realmente la joven señorita de la familia Jun se proponía.
Jun Wu Xie contempló interrogante al desconcertado sirviente, pero este al sentir el peso de aquella fría mirada, tembló de pies a cabeza y temeroso realizo una escueta reverencia, mientras murmuraba con dificultad unas cuantas palabras, las cuales todavía flotaban en el aire cuando él ya se había marchado corriendo.
“Este humilde sirviente se dirigirá a prepararle los ingredientes” Fue lo único que comprendió Wu Xie de aquel susurro ahogado, antes de que huyera.
“¿A caso doy tanto miedo?” Le preguntó Jun Wu Xie al gatito negro en sus brazos, mientras miraba a lo lejos la tambaleante espalda del sirviente.
“No, es solo que ellos se asustan muy fácilmente.” Dijo el gato negro, ya que cuando ambos estaban a solas no ocultaba su habilidad para hablar.
Ante los ojos de las demás personas, lo que reflejaba la personalidad de Jun Wu Xie, era mal interpretado; ellos simplemente no entendían ni sabían a diferencia del gato negro, que su ama no era altiva ni soberbia. Tan solo era, que ella desconocía como era la interacción usual entre humanos.
Con solo imaginar a una persona aislada y encerrada desde su nacimiento, fácilmente se podia concluir que sus relaciones interpersonales, no serían normales.
Pero es que no era difícil de creer que alguien, que fue encerrada y aislada de toda persona, tuviera relaciones interpersonales tan poco normales. Fueron más de 13 años los que Jun Wu Xie solo tuvo la compañía de sí misma con aquella montaña de libros médicos y los fríos instrumentos de medicina.
En aquel entonces ya era algo inusual el que ella hablara, incluso hubo un tiempo desde la primera vez que el gatito negro la conoció en el que él pensó que Jun Wu Xie debía ser muda o por lo menos padecía un mutismo selectivo.
Y es que no era solamente el silencio en el que vivía, una muestra de lo que habían logrado esos años de reclusión, sino también la indiferencia que mostraba su mirada ante todo lo que la rodeaba, como si ese par de ojos brillantes hubieran nacido sin ningún tipo de emoción. Desde pequeña, mostrando una frialdad mientras diseccionaba un cadáver y metía los órganos extirpados en formaldehido sin siquiera pestañar.
En aquella época, el gatito negro siempre pensó en su ama como una maquina sin sentimientos, hasta que ocurrió aquella primera vez en la que ella comprendió el odio y quemó por completo esa jaula que la aprisionaba. Finalmente liberándose, pero lastimosamente demasiado tarde, pues todos esos años en cautiverio ya habían hecho mella en ella estableciendo su personalidad y costumbres, pues aún cuando entró a la sociedad le era imposible el mezclarse con las personas a su alrededor.
Para la Jun Wu Xie de ese entonces, era más divertido el permanecer dentro de la clínica veterinaria, curando a los animales.
Le era más fácil el tratar con animales, que no podían hablar, que con las personas comunes con sus costumbres difíciles de entender; Jun Wu Xie con su rápida percepción hacia cualquier actitud de los animales, sabía dónde y por qué sentían dolor, y cómo podía ayudarlos. Realizando su trabajo de la forma que más le gustaba, en completo silencio.
No fue hasta que entró en aquella organización, y conoció a esa única persona con la que mantuvo una amistad, que ella comenzó a asemejarse más a un humano. Por desgracia, su tiempo de vida anterior fue tan corto, que todavía no se había adaptado, cuando todo se terminó.
Estas eran las razones por las cuales el gatito negro despreciaba a aquellos que miraban a Jun Wu Xie como si fuera una cosa extraña, en lo que a él respectaba, su ama no tenía nada raro solo que esas personas eran demasiado incompetentes que les era imposible el interactuar con su ama. Si en el pasado, pudo entablar una relación con aquella malvada persona, era una prueba factible, de que su ama no carecía de emociones, sino que le faltaba la habilidad para expresarlos.
Debido a que… nunca hubo una oportunidad para aprenderlas.
Aunque ahora que tenía un abuelo y tío junto a ella, que le enseñarían la dicha de tener un amigo, el gato ponía muchas esperanzas en esto, incluso era capaz de asegurar que su ama ¡Definitivamente llegaría lejos en su camino a la normalidad!
Tan solo había pasado poco tiempo cuando los sirvientes del palacio, eficientemente, trajeron la gran cantidad de ingredientes y se dispusieron a hacer los arreglos en la habitación, encendiendo el horno para refinar las píldoras nuevamente después de todos esos años, hasta que la temperatura fue subiendo gradualmente, dándole calidez a la habitación.
Una vez que finalizaron los sirvientes sus labores, Jun Wu Xie sacó a todas esas personas del laboratorio, sola, ordenó y dividió cada uno de los ingredientes en hileras, bajó su mirada para concentrarse en lo que hacía, y aquella imagen trajo consigo un aire del pasado como si hubiera vuelto a esos 13 años de confinamiento, cuando en sus manos nada más sostenían cosas relacionadas a la medicina.
Exprimir, pulverizar, moler… esas suaves y tiernas manos blancas de Jun Wu Xie parecían tener poderes mágicos, pues manejaban cada cosa que cayeran en ellas con la más rápida y eficaz manera.
3 comentarios:
Que SAD :'v
Gracias por el capítulo. Ya quiero ver el siguiente estaré al pendiente.
Al fin... puedo respirar.... Gracias
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