jueves, 11 de enero de 2018

The Demoness - Capítulo 5 Parte 4

Capítulo 5 Parte 4


Traducción: Kariins
Edición: Perl
Corrección: Crys

"¿Sin excepciones?"

"No, definitivamente no. Si eres tú quien pregunta, entonces yo subiría el precio."

"¿Por qué?"

"Porque soy feliz con eso". ¿Qué podía hacer él?

Liu Feng no podía hacer más que suspirar, con ambas manos dobladas sobre su barriga, miró fijamente por encima de la cama para organizar sus pensamientos.

A su lado, la respiración de esa persona creció gradualmente y se extendió uniformemente, cayendo en sueño profundo.

Liu Feng se rio en silencio, ella se sentía realmente demasiado cómoda a su alrededor, o ¿Era que estaba demasiado segura de sí misma?

Habiendo caminado por la sociedad de artistas marciales durante tantos años, el conocer a una dama como ella era realmente su primera vez, su comportamiento siempre tan cambiante, actuando en formas mucho más allá de las expectativas de los demás, pero una vez que lo pensabas, era realmente razonable.

Se podía decir que su temperamento contenía los cambios de humor adecuados, pero no cumplía con muchas reglas de etiqueta. Entre el bien y el mal, ella era una paradoja de ambos. Una persona como ella, a menudo actuaba sin miedo, probablemente para bien, por el contrario también probablemente para el mal. Bueno o malo, dependía de cómo ella se sintiera, en que humor se encontrase.

Al igual que esta noche, ella no tenía ganas de admirar la luna con él, y por lo que sugirió directamente quedarse a dormir con él en su lugar, este acto, incluso los demonios de los cultos malvados, puede que no sean necesariamente capaces de atreverse a hacerlo, pero ella lo hizo de manera tan natural, justa y justificada.

Para gustarle a una dama como esta, Liu Feng sentía que necesitaba mucho espíritu. Porque muy posiblemente podría tratarlo con tanta ternura en un momento, para luego cruzar espadas con él al siguiente.
(C: solo espíritu? Yo más bien diría alta adaptividad XD)

Er... tal vez debería ir al templo a orar, tal vez sería más seguro de esa manera.

¿Qué se siente estar en la misma cama que una dama? En el pasado, Liu Feng no estaba seguro, pero ahora lo sabía.

La luz del sol se deslizó a través de las pantallas de las ventanas de papel, iluminando con la luz de la mañana la habitación.

Parecía que los cielos de verano estaban obligados a iluminarse demasiado temprano, en el pasado no lo pensó así, pero hoy en día sentía seriamente que la iluminación temprana de los cielos era demasiado odiosa. Ya habían marcado claramente su límite para estar en la cama antes de dormir anoche, así que aunque haya una clara distinción, la sensación sigue siendo diferente.

"¿Eh?"

"Dentro de un rato el enviado de la mansión traerá el desayuno. Rápido, vete."

Liu Feng se acercó a ella, colocándole la mano en el pecho, emitió una risa baja y dijo: "Que seamos así, ¿No te suenan a palabras compartidas entre una pareja escandalosa después de despertar por la mañana?"

Qu Qing Yin lo empujó directamente fuera de la cama y le tiró una almohada encima, maldiciendo: "Piérdete".

Liu Feng se rió mientras se levantaba del suelo, devolviéndole la almohada. Luego ordenó su atuendo, abrió la puerta y se fue.

Qu Qing Yin rechinó secretamente sus dientes en la dirección en que se había marchado, antes de levantarse para refrescarse.

Por otro lado, después de salir de la habitación de Qu Qing Yin, Liu Feng regresó a su propia habitación, la mirada en su cara hizo un cambio repentino y el abanico en su mano se abrió con un *hua~*, para entrar riéndose y atravesar el umbral de la puerta mientras decía: "Tan pronto como lo he olido, sé que este borracho vuelve a ser la paloma que ocupa el nido de la urraca.
(T: proverbio utilizado para decir que alguien ocupa un lugar que no le pertenece.)

Dentro de la habitación se escuchó el sonido de un hombre ligeramente ebrio: "Escuché que en este patio también vive una hermosa dama. ¿Qué? ¿Dormiste allí anoche?"

"¿Qué hay de ti? ¿Por qué no has ido a buscar a la señora Zhang para acostarte con ella, y en vez de eso has venido a mi lugar?"

Mientras hablaban, ambos hombres en la habitación se enfrentaron directamente entre sí, ambos hombres tan radiantemente guapos como el otro, pero no compartían los mismos encantos.

Ji Chui Yu estaba medio inclinado contra la cabecera de la cama, su camisa abierta, revelando el libertinaje desinhibido de un mujeriego, miraba cuidadosamente a Liu Feng de arriba abajo, despectivamente agitando su mano en desinterés: "¿Qué hiciste anoche?"

"Me acosté con una dama." Liu Feng dijo la verdad.

Ji Chui Yu barrió con desprecio sus ojos hacia él: "¿Sólo has dormido con ella, verdad?"

Tranquilamente se sentó a un lado en una silla, "No es como si yo fuera tú, ya sea algo que deberías hacer o no, lo harías todo".

"Si el hombre no es malo, las mujeres no lo amarán. Todas aman mi maldad hasta la muerte”.


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